domingo, 22 de noviembre de 2009



LA CARA OCULTA DE LA LUNA






El jueves ocho de junio de 1961 el periódico “La Vanguardia”de Barcelona tenía un costo de 1,50 pesetas. En su portada estaba remarcada la noticia de que los reyes de
Bélgica, Balduino y Fabiola eran recibidos por el papa Juan XXIII.
En el madrileño coso de las Ventas, toreaban, Curro Romero, El Viti y Curro Girón.
El mundo giraba sin pausas, los mundos individuales de cada uno tenían un afán de continuación, la gente moría, y dejaban espacio en el cielo terrenal para los nuevos moradores, con nuevas historias.

En el otro lado del mundo, las mentes pensantes de esa época, habían lanzado una nave al espacio exterior, allí donde las estrellas parecen estar mas cerca.
La nave tenia trazada una ruta de aventura entorno a la luna.
Todo parecía funcionar a la perfección.
El Apolo VIII, como si de un presagio se tratase, desapareció en la cara oculta de la luna.
En ese mismo momento en una casa apartada en una ciudad no perdida, venia al mundo un niño al estilo de siempre, en su casa, sin la dudosa dulzura de una clínica, y con el poder de los que ven su primera luz, de los que su primera visión, es su morada de la infancia.

La Luna tiene el poder de dar y quitar emociones, de hacer y deshacer ilusiones, y de acomplejar a los hechos sin sentido, dándole sentido a los hechos.
Y aquel día su capricho, destinó al destino el deseo de hacer renacer a dos vidas a la vez en el mismo lugar, en el mismo momento.
Diferente madres, diferentes niños, mismo lugar, misma casa. Alguien podría pensar que el acontecimiento era un capricho del destino, y realmente los hechos que estaban por acontecer les iban a dar la razón.

Como era lógico, la luna hizo poderoso su poder y delimito el camino, el sendero estaba trazado y los dos niños empezaron a caminar como mandaban los canones de la época.
Compartían juguetes, aventuras por esos mundos sin salir de casa, peleas, cuentos, comics, aventuras y desventuras de los tiempos que no se olvidan, indios contra vaqueros, lucha de peonzas, peleas de “Iturris”, todo un arsenal de experiencias vivencias y mundos compartidos.

Los años pasaban en una dudosa armonía, y los tiempos cambiaban los momentos y a los niños los convertía en adolescentes de dos mundos paralelos.


Eran nacidos en el mismo lugar, en el mismo día, con el mismo entorno, pero tan antagónicos como agónica acabaría siendo la vida de uno de ellos.

A uno le gustaba la luna. La lectura, las historias de otros mundos, los viajes de aventuras y el deseo de ser un personaje de esos mundos que le gustaba imaginar.

El otro era un aventuro de la vida rápida, quería vivir deprisa y beberse la vida de un trago.
No dar tregua al tiempo de…- Los momentos llegaran-, y ser el buscador de momentos sin descanso.
Las cosas cambiaban demasiado deprisa para ambos, uno de ellos no entendía, y el otro parece que entendía demasiado, los mundos paralelos de ambos funcionaban al unísono con absoluta precisión.
Las experiencias cada vez tenían que ser mas intensas para que surtiesen el mismo efecto.
El mundo que se cernía sobre el vividor de vida rápida, parecía emocionante, en algunos casos parecía envidiable, y eso llenaba de ciertas dudas coherentes sobre el echo de vivir de la misma manera al compañero de aventuras.
Nunca se sabe como se empieza, casi siempre eso queda en el olvido, como las neuronas que se queman en las noches sin cuartel y desenfreno sin limite a los vicios y los deseos inconfesables.

Cada vez era peor, los consejos se volvían palabras banas y la frase mágica de…
“Esto yo lo controlo”, rodaba en los diccionarios de esa jerga ininteligible como es...
La pasma, el camello, los canutos, la china, la farlopa,…
Parecía un idioma de otro mundo y en realidad lo era, casi no tenia sentido, pero para algunos era el sentido de la vida.
Durante un tiempo todo parecía que funcionaba a la perfección, buen material, buenas sonrisas.
Pero con el tiempo todo empezó a cambiar, lenta pero progresivamente, así como la jerga del diccionario de nuevas formas. Empezó a escuchar cosas como...Un Pico, un churdero, estrella, esnifar, todas estas y una infinidad de afecciones que intentabas buscar su contenido en algún libro de la época y nunca conseguías estar a la altura de esa ciencia tan difusa.

Cada vez el poder de la mente era menor y aumentaba el poder de la sin razón, mas consumo mas dinero, y el dinero podía costar mucho o poco dependiendo de las necesidades.

Mientras tanto el espectador de esa vida sin licencia, intentaba no envenenarse de ese rápido mundo y apartarse rápidamente del camino sin retorno que había decidido tener el compañero de la cara oculta de la luna.
La amistad de los amigos de la infancia se iba diluyendo como se diluyen las nubes de tormenta.
En el mundo sin retorno llego el momento del “Todo vale”, y ese camino ya es sin marcha atrás, la compra del producto tenia el poder de la venta de cualquier cosa, y su cuerpo fue un momento que ya formaba parte de cualquier cosa.



Se pierden los valores, los amigos, la familia, el honor y el deshonor, la palabra y la coherencia, demasiadas cosas para lo que realmente se gana, que es esos casos suele ser “NADA”.Y este, es uno de los casos que el nada lo es todo, y es tan doloroso ser consciente desde fuera, que el mundo que rodea a los que viven tan deprisa solo da la opción de un final rápido y cercano para tristeza de la gente que realmente les ha querido.


Aquel día, el caballo de la vida rápida se desboco, salio locamente a la carrera por el camino sin dirección.
En su forma de vivir deprisa un día lo encontraron en un oscuro y olvidado callejón, con una jeringuilla apuntando directamente al camino de otro mundo, y el vividor de vida rápida, no llego a cumplir su mayoría de edad, porque quizás, nació mas cerca de la cara oculta de la Luna.

domingo, 8 de noviembre de 2009




El tiempo… ¿ Perdona ?



Se dio cuenta del poder que tenia en las distancias cortas, cuando el medico le diagnostico que tenia miopía.

Lo lógico era según el oftalmólogo que se colocase unas lentillas, o en su defecto unas gafas para mejorar su visión de las cosas, pero el enfermo se dio cuenta que era mejor manejarse sin semejante cura para su enfermedad, eso hacia que su poder en las distancias cortas se acentuase con el tiempo.

Así con el paso de las semanas empezó ha acercarse mas a las personas, empezó a poder adivinar con la mirada, con los gestos, con las sensaciones, los estados diferentes de las gentes que le rodeaban.

Al principio, el poder de semejante sensación hizo tambalear sus estructuras mentales, pero con el paso del tiempo, se dio cuenta que si evocaba de una manera positiva, conseguiría entender las vicisitudes de su entorno a través de las sensaciones de los que le rodeaban,, eso podría llegar a ser peligroso, pensó, pues tener la mínima posibilidad de poder escudriñar en las sensaciones de la gente que le rodeaban, podría llegar a distorsionar una realidad que a la mayoría de la gente le pasaba de largo.

Quizás los comic que en su infancia le habían envuelto momentos de ficción, que los héroes con poderes imposibles eran tan solo producto de unas historias irreales, habían fomentado la entupida idea de que él, había sido bendecido por el poder de las distancias cortas.

Y con esa idea de base ficcionada por su mente, empezó a trabajar ese teórico poder que le había sido otorgado.

Empezó a experimentar con los más cercanos que tenía en su cotidianidad, su madre, su padre, sus hermanos…

Empezó a acercarse a ellos de una manera diferente a la que lo había hecho en otros momentos, empezó a escuchar con atención las cosas que ellos decían, y a intentar sentir lo que podrían sentir ellos, al principio, era como un lenguaje extraño.


Como si estaría en un mundo diferente, las palabras, los gestos, todo lo que rodeaba ese experimento de monólogos compartidos por conversaciones sin sentido, eran lenguajes arcaicos de otros mundos pasados, pero que el estaba dispuesto a descifrar como el mas complejo jeroglífico descifrado por el mas avezado de los egiptólogos.

La semanas posteriores al inicio del desarrollo de su teórico poder, fueron casi una especie de lucha sin cuartel, había veces que tomaba anotaciones en su cuaderno de bitácora, desplegaba las velas del barco de su mente para navegar por esos mares de tierra adentro que le hacían recalar en varios puertos del mar de las mentes de otras gentes.

Esa sensación de aumento de poder del conocimiento, le hizo acentuar su campo de acción y salir a otros mundos mentales, había mucho territorio por explorar y esos mundos estaban hay, y él, se sentía como un gran explorador, como un aventurero de un mundo que estaba todavía por explorar.

Algunas veces el exceso de celo en el aprendizaje, le trajo varias complicaciones, eso le enseño que había unos límites que no podía, que no debía de traspasar.

La oportunidad de trabajar era amplia, el mundo de seres humanos era tan extenso que asustaba solo el hecho de tener que aprender de todo lo que le rodeaba.


Esto era como un gran bosque, y dentro de ese inmenso bosque había muchos árboles, cada persona era como un árbol, y a cada hoja de ese árbol se la había asignado un momento diferente de su existencia., cada hoja era como si llevase escrito una sensación, una emoción y un estado diferente de cada momento de su vida.

El sabia que eso era así, pero lo difícil, lo que realmente quería conseguir, era llegar a la esencia de los árboles, de las personas, entendía que la lectura de las sensaciones de las hojas de esos árboles eran solo algo que envolvía las personas, y que en realidad el quería entrar en el origen, pasar de las hojas a las ramas y a través del tronco llegar a las raíces, pensaba, mas bien intuía que en la propia raíz del ser primario estaba el origen de todo ser.

Allí donde se pierden los sentidos, donde se cruzan los caminos y se junta el cielo con el mar, donde se acentúan los momentos que hacen que seamos nosotros mismos.

Ese era su destino, ese era el destino del explorador sin sentido, buscar el sentido de las cosas a través del poder de las distancias cortas.

Los años pasaron y un día el poder parece que empezó a disolverse, fue casi de repente, al principio del alba, cuando empezó a despuntar el día, se levanto de la cama y tuvo una extraña sensación, estaba solo esa mañana, los números de ese despertador se le presentaban algo borrosos, tuvo que alejarse un poco mas de lo habitual para poder leer lo que el reloj quería marcar, entro casi en un estado de shock-

¿Que estaba pasando? pensó.

Rápidamente cogio el teléfono y pidió una cita urgente a su medico, él, viendo la urgencia del caso le cito urgentemente para dentro de un mes, lo cual le produjo mas incoherencia en su situación, que iba a hacer en todo ese tiempo con ese problema que le hacia sentir todas las psicopatías del mundo a la vez...

Durante muchos años el había sido el explorador de otros mundos, y ahora,¿ que iba a pasar?,

Decidió invertir parte de sus ahorros en un buen profesional, y pidió una cita al mas experto medico de su ciudad…

La consulta era de un ambiente realmente moderno, casi más que una consulta podría decirse que era una “Ala de la casa blanca”.

Su blanca y perfecta sonrisa no desmerecía con el imponente mobiliario de blancos colores, parecía la antesala de un cielo del mejor de los escritores de novelas rosas.

La mesa, al igual que las sillas eran de color blanco, que lógicamente hacían juego con el impoluto blanco de las paredes, incluso la impecable bata blanca del medico, destacaba en el pulcro ambiente blanco de semejante lugar, las luces difusas de un lógico tono blanco suave hacían que te sintiese en un lugar extraño y conocido a la vez

Solo una nota discordante desestructurada la imagen tan impoluta, tan blanca.

El doctor, el medico, el gran profesional, era tan negro que el betún de Judea quedaba poco armónico con la oscuridad de su piel.

Quizás todo era un producto de agrandar su figura de poderoso negro en un mundo de blancos.

Si este hubiese sido otro momento, si el paciente no hubiera sido él, la explicación del porque de todo este envoltorio de situación de antesala de cielo, hubiera sido un estupendo reto para él. Pero el poseedor del poder de las distancia cortas no tenia ningún interés en descifrar el porque de toda esa situación, él solo quería una explicación a su actual estado.

La sonrisa se amplio de una manera casi imposible, el medico la dejo entrever como acompañamiento a la respuesta de su diagnostico.

”Vera usted”, le dijo con un tono de tranquilidad…

Lo que usted tiene no es grave, no se preocupe, ha disfrutado de un estado especial estos años pasados y parece que esto le ha pasado factura a nivel físico, ya no será usted el poseedor del poder de las distancias cortas, quizás el abuso haya hecho que usted este en estos momentos en esta situación.

Solo padece de presbicia, lo que vulgarmente se llama “Vista cansada.”

El exceso y abuso de su posibilidad de ver de cerca las cosas esta cambiando y tendrá que acostumbrarse a utilizar elementos externos para corregir ese defecto de visión.

El poder de las distancias cortas suele diluirse con el paso de los años, siempre hay excepciones, pero en este mundo de excesos, las cosas nos acaban pasando factura física.

Y por eso, se tendrá que poner unas gafas, estas podrán ser de varios colores y formas, pero ya nunca será lo mismo, también queda el recurso de las lentillas, pero eso es como un enmascaramiento de la realidad, y usted tiene que ser consciente de que...

El poder de las distancias cortas acaba con esa cierta edad, los excesos de acercamiento a ciertos niveles producen un desgaste que el tiempo no perdona.