martes, 16 de febrero de 2010



Esa extraña enfermedad…

Los días acentuaban los desahucios mentales, los olvidos eran cada vez más preocupantes.

Empezó por olvidar los días especiales, cumpleaños, aniversarios, fechas de cierto interés pasaron delante de sus ojos como días cualquiera,

Tiempo después las oscuridades mentales acentuaron sus olvidos, y empezó a perder los colores favoritos, ni los azules de cielo, ni los verdes terrenales hacían ningún tipo sensación es sus dilatadas pupilas, nada parecía tener sentido, la decisión de visitar a varios profesionales de la medicina no surtía el suficiente efecto en su temprano desgaste de sus cuarentaitantos,

Sus platos, sus comidas favoritas se perdían en las mesas vacías, y los sabores no encontraban sus recuerdos en paladares gastados.

Los ramos de flores perdieron sus aromas, El sexo se convirtió en “esso”

Los escarceos de perdida de memoria se acentuaron en una progresión geométrica, y en poco tiempo se olvidaba de volver al principio.

Pero un extraño día, al levantarse, se miro al espejo, y no se reconoció a si mismo, y entonces se dio cuenta de todo, no tenia alzheimer, no había perdido la memoria, no tenia lagunas mentales, su enfermedad estaba a la vista,

Solo había perdido el amor… -Por ella-.


No hay comentarios:

Publicar un comentario