Vivo en una habitación con vistas, es un lugar de privilegio, algunos venderían su alma al
diablo por estar en mi lugar.
Este balcón que se asoma
con descaro tiene la particularidad de que cuando me asomo, el mundo que
ven mis ojos es como un horizonte de mar en la tierra.
Hoy la panorámica del espectáculo de esta habitación con
vistas me llena de perspectiva, y la previsión
de encontrar algo al asomarme queda ensombrecida por lo que ven mis ojos. Ante mi
se presenta un sumario de contrastes que hace que me engalane y me vista de gala para recibir
tal cúmulo de visiones.
Alguien pinto un
cuadro del cual a mi solo me queda poner el marco de ese paisaje en esta habitación
con vistas.
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