QUIEN ME HA ROBADO EL MES DE ABRIL
miércoles, 17 de abril de 2013
LA NOCHE DIFERENTE
La mujer encendió la radio para no sentir el silencio, la habitación
vacía tenia tintes de cementerio, el locutor anuncia productos de superlativa calidad. Al poco
tiempo la voz de la emisora cambia radical y vertiginosamente y comenta algo sorprendente, en ese mismo
instante suena el teléfono y con cierta desgana se inclina para descolgarlo, al
otro lado una voz anuncia que no está sola.es como una voz neutra, sin ningún tipo
de acento ni entonación, la locución de la radio coincide con la voz del teléfono,
ambas dos dicen lo mismo “No estás sola, estamos contigo”-comentan la neutra voz.
Antes sentía soledad, pero era una soledad segura, ahora se siente
excesivamente acompañada, es una compañía insegura.
Cuelga el teléfono, apaga la radio y decide irse a dormir. Mañana será otro
día -piensa. Antes siempre le había
funcionado eso de irse a dormir y esperar el nuevo amanecer, pero al poco de
acostarse suena el timbre del portero automático, se levanta sobresaltada y
descuelga el auricular preguntado –Quien es. La voz neutra asoma otra vez a sus
oídos y empieza a ponerse nerviosa. Rápidamente cuelga el teléfono y se sienta
en una oscura esquina de la habitación con las piernas flexionadas y sujetas
por ambos brazos, el tiempo pasa lento, unos pasos empiezan a oírse por las
escaleras, eso la pone más nerviosa y en la oscuridad de su cuarto vacio no
encuentra consuelo. Esto es atroz -Piensa, vivir sola no estaba tan mal, vivir
en estos malabarismos hace que me pasen estos fenómenos extraños, y esta noche,
la noche es infinita, al menos esta noche será diferente.
miércoles, 10 de abril de 2013
CUENTOS DE LA ALHAMBRA
Cuentos de la Alhambra
Ella era una mujer muy tímida, tan tímida como buena poetisa, siempre quiso recitar en publico sus poemas, pero su gran timidez siempre se lo impedía.
Escribía versos a deshoras, los cuales siempre acababan en los cajones de la cansada comoda a la espera de ser leídos por otros ojos.de ser recitados por otros labios.
Una vez quiso perder su exultante feminidad y se disfrazo de hombre, en ese estado, en la ciudad de Granada donde vivía se puso al pie de La Alhambra. allí, detrás de ese muro, de esa protección del disfraz masculino escribía versos y poemas para fortalecer su espíritu e intentar apagar su gran timidez.
Con una maquina de escribir colocaba las letras de los poemas dentro de unas hojas de papel reciclado, las cuales luego las convertía en pajaritas de papel y las regalaba a los transeúntes, a los turistas, a los adolescentes, a los enamorados.
Aprovechaba el insomnio y salia a pasear huyendo de su desgracia al pie de la Alhambra, a la luz de la luna en su nocturno deambular siempre acababa en el barrio del Albaicin. Allí donde los gitanos rompían la noche con el armonioso rasgueo de sus gargantas en la compañía de solitarias guitarras.
Eran noches mágicas
Un día pensando en como solucionar su problema decidió ir a una reunión de alcohólicos anónimos y pasar por uno de ellos.
Cada jueves durante seis meses acudió invariablemente a las reuniones de terapia de grupo.
Con la excusa de que era bueno para su recuperación ,se ponía de pie delante de los compañeros y pedía permiso para recitar sus versos , decía que era una forma de terapia, ellos la aplaudían a rabiar después de cada intervención. Con el paso del tiempo y al ver el alma de poetisa que llevaba dentro, todos se enamoraron de ella, con tantos amores perdidos empezó a sentirse poderosa, y ese estado de obnuvilación le dio las alas y la suficiente fuerza para lanzarse al mundo que antes le asustaba.
Ayer la vi en un banco del parque recitando poemas a los pájaros, a las arboles, al viento, a la primavera, a la Alhambra.
Creo que ha perdido la cabeza, que su mente dejo de funcionar a la perfección, la locura invadió su interior. Apesar de todo se la veía feliz, su rostro reflejaba la inocencia de un niño.
Y pensé; En esta época que nos esta tocando vivir...Bendita Locura.
FISURAS
“Por aquí se rompe España”, gritaba yo el pasado fin de semana con el hacha en la mano, por eso he decidido hacer fin de semana monacal y marcharme a un monasterio, lejos de las cervezas con alcohol, de las mujeres bonitas y los hombres valientes.
En un monasterio el tiempo pasa lento y pausado, las cervezas se convierten en líquidos pecaminosos, las mujeres en lesbas de una sola dirección y los hombres solo son el abandono del humorismo en pos del recogimiento.
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