miércoles, 10 de abril de 2013

CUENTOS DE LA ALHAMBRA



Cuentos de la Alhambra




Ella era una mujer muy tímida, tan tímida como buena poetisa, siempre quiso recitar en publico sus poemas, pero su gran timidez siempre se lo impedía.
Escribía versos a deshoras, los cuales siempre acababan en los cajones de la cansada comoda a la espera de ser leídos por otros ojos.de ser recitados por otros labios.
Una vez quiso perder su exultante feminidad y se disfrazo de hombre, en ese estado, en la ciudad de Granada donde vivía se puso al pie de La Alhambra. allí, detrás de ese muro, de esa protección del disfraz masculino escribía versos y poemas para fortalecer su espíritu e intentar apagar su gran timidez.
Con una maquina de escribir colocaba las letras de los poemas dentro de unas hojas de papel reciclado, las cuales luego las convertía en pajaritas de papel y las regalaba a los transeúntes, a los turistas, a los adolescentes, a los enamorados.

Aprovechaba el insomnio y salia a pasear huyendo de su desgracia al pie de la Alhambra, a la luz de la luna en su nocturno deambular siempre acababa en el barrio del Albaicin. Allí donde los gitanos rompían la noche con el armonioso rasgueo de sus gargantas en la compañía de solitarias guitarras.
Eran noches mágicas
Un día pensando en como solucionar su problema decidió ir a una reunión de alcohólicos anónimos y pasar por uno de ellos.
Cada jueves durante seis meses acudió invariablemente a las reuniones de terapia de grupo.
Con la excusa de que era bueno para su recuperación ,se ponía de pie delante de los compañeros y pedía permiso para recitar sus versos , decía que era una forma de terapia, ellos la aplaudían a rabiar después de cada intervención. Con el paso del tiempo y al ver el alma de poetisa que llevaba dentro, todos se enamoraron de ella, con tantos amores perdidos empezó a sentirse poderosa, y ese estado de obnuvilación le dio las alas y la suficiente fuerza para lanzarse al mundo que antes le asustaba.

Ayer la vi en un banco del parque recitando poemas a los pájaros, a las arboles, al viento, a la primavera, a la Alhambra.
Creo que ha perdido la cabeza, que su mente dejo de funcionar a la perfección, la locura invadió su interior. Apesar de todo se la veía feliz, su rostro reflejaba la inocencia de un niño.
Y pensé; En esta época que nos esta tocando vivir...Bendita Locura.
               

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