Marta se levanta lentamente de la cama y estira de una manera
felina su perfecto cuerpo. De nuevo
en una casa, en una cama extraña, piensa mientras mira a su novedoso compañero dormido plácidamente después de una noche sin
respiro.
Con pasos gatunos se acerca al
cuarto de baño, es de día, y la noche pasada cuando entro en esa desconocida casa para ella, no percibió nada en la
oscuridad, pero ahora con los primeros rayos de luz los matices toman formas
definidas. Deposita su desnudez en el asiento del baño y con la mirada se
dedica a explorar todo su entorno. De pronto su aguda mirada se detiene en unos
cepillos de pelo, eso no tendría más importancia ya que sus dones masculinos eran lo importante, pero el chico con el que
se ha acostado esa noche es completamente calvo, y esos cepillos tiene restos
de pelos. Según una conversación de la noche pasada vive solo, y lo lleva
haciendo más de un año. Su mente empieza a elucubrar y piensa que puede tener
dos vidas, una con pelo y otra sin él, podría ser un asesino en serie este
desconocido, sin pensárselo mas mientras recoge su falda, su blusa y sus zapatos desperdigados por el pasillo, se
dirige rápidamente y entra hurtadillas en la habitación para rescatar su
ropa interior, se viste apresuradamente en
el cuarto de baño. Saliendo rápidamente de esa casa y del entorno de ese desconocido. Mientras
desciende por la escalera hasta llegar al portal se repite como un mantra la frase”Nunca más me liare con
desconocidos”.
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