martes, 12 de mayo de 2009

Para Veronica

  Fueron felices y comieron perdices

 

                                                            Después de muchos años de felicidad, El Rey  y la Reina, tuvieron una princesita la cual pusieron de nombre Verónica.

 

Que alegría para los súbditos del reino, tenían una nueva princesa.

Al nacimiento, su padre quiso que ese día fuese declarado día de  fiesta en todos los confines del lugar

 Todo era felicidad en el reino del Arco Iris.

 

La princesa, durante el día era alegre y risueña, la felicidad inundaba todo el palacio con sus alegrías.

 

Pero hay… por la noche,….. Después de acostarse, la princesa no podía parar de llorar, lloraba y lloraba y lloraba,  hasta que se hacia de día, solo entonces aplacaba su llanto.

 

El Rey y la Reina, preocupados por el continuo llanto, mandaron   buscar a   todos los sabios del reino, para que encontrasen un remedio para el mal que entristecía el palacio.

 

Todo fue inútil, ni los médicos, ni los magos mas ancianos encontraban la causa de porque la niña lloraba todas las noches.

 

Un día, las  tristes noticias llegaron al más apartado y lejano lugar del reino, un súbdito enterose del mal de palacio, y presto, fue a pedir audiencia al Rey.

 

Majestad, yo puedo calmar el llanto de vuestra hija, solo necesito que vos me des licencia para dar la solución a este mal.

 

 El rey, sorprendido por la afirmación del anciano, le pregunto, como podéis calmar el llanto, vos un humilde carpintero?, si todos los sabios del reino no encontraron la cura?

 

Y el carpintero le contó el secreto… hay un bosque en el confín del reino que guarda grandes secretos, hay árboles  mágicos.

Árboles mágicos? le respondió el Rey

Si, majestad

Si te introduces en el bosque, y les cuentas, si es por una buena causa, los árboles te hablan en susurros  y dicen la solución del mal. Solo tienes que saber escuchar.

El monarca, tan sorprendió como desesperado por las noches de llanto, le dijo, de acuerdo pongo a vuestra disposición todo lo que necesitéis.

 

El anciano carpintero se dispuso a  entrar en lo mas profundo del bosque en busca de los árboles mágicos,  y  les pregunto; decidme, cual es el mal de la princesa?, como podría yo, un anciano ayudar a su cura.

 

El árbol mas viejo del bosque, moviendo sus pesadas y grandes ramas empezó a susurrar,  carpintero, coje ese árbol caído y haz con su tronco lo que escuchas en susurros...

.

 

El artesano obediente a la vez que sorprendido, cojio sus herramientas y sin descanso, trabajo y trabajo a las órdenes de los árboles mágicos del bosque.

 

Al de pocos días, el anciano se presento en palacio con la maravillosa pieza de madera, Una maravillosa y  bonita cuna del color del arco iris,

 

La coloco en el cuarto de la niña, y le dijo al rey, dejemos  que anochezca y esperemos el resultado.

 

Al llegar la oscuridad de la noche, la princesa fue depositada en su nueva cuna, y para sorpresa de sus padres, y de todo el palacio, esa noche la niña durmió placidamente.

 

El rey sorprendido fue en busca del  anciano carpintero, .para colmarle de regalos, y le dijo: pedidme lo que queráis, pues mi alegría es inmensa.

A lo que al anciano carpintero le respondió:

 

Que mayor regalo puede tener cualquier humano, que calmar el llanto de un niño.

Para mí, ese es el mejor de los regalos.

 

El Rey sorprendido por la respuesta, le nombro carpintero del reino.

 

Lo que ellos no sabían, lo que nadie sabia, era que la cuna era mágica,

Ella cuidaba todas las noches de la pequeña Verónica,

 Con una dulce voz la cantaba canciones, la acunaba, la tapaba cuando hacia frió, y en las noches de tormenta, la contaba cuentos para que no tuviese miedo. Y todo esto,… solo lo podía escuchar la princesita, nadie más que ella podía oír las canciones y los cuentos que la cama le contaba a la niña.

 

La bella niña fue creciendo y como la cama era mágica también crecía con ella.

 

 

Pasaron los años y la princesa seguía durmiendo placidamente en su cama

Y nunca más se oyó llorar a la princesa por las noches.

 

                                Y colorin colorado este cuento se acabo.

 

 

                                                                                                    Martin




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