domingo, 26 de diciembre de 2010

¿ HA CAMBIADO LA NAVIDAD ?


¿Ha cambiado la navidad?


Quizás la esencia de todas las navidades pueda parecer la misma a lo largo de los años, el origen religioso del nacimiento de “Jesús” es la única realidad palpable, la bucólica imagen del nacimiento en una especie de portal en “Belén”, de lo que hoy es el origen del cristianismo es una realidad innegable, pero que hoy en día se queda difuminada por la realidad de la fiesta de la navidad.

Cuando se llega a una cierta edad, uno puede tener una cierta perspectiva de algunas secuencia en forma de navidades acumuladas, la evidencia del cambio de estas fiestas de hace unos años a la época actual es palpable.

En un tiempo pasado todo parecía mas fácil, la cena con toda la familia era una cosa simple, la abuela, el abuelo, los padres, los hijos, todo estaba bien delimitado, las cosas eran sencillas, la fiesta era sencilla, y las estructuras familiares estaban bien afinadas.

Los villancicos eran los de siempre, incluso los platos navideños se repetían como una secuencia estacional en la mesa de la cena de Noche Buena.

Hoy los niños empiezan con locura traumática por la suma personajes contradictorios de la diferentes navidades, el espíritu de la navidad se difumina entre Papal Noel, El Olentzero , Santa Claus, El niño Jesús, Lo reyes magos de oriente, San Nicolás, ETC. Una innumerable suma de personajes que no han hecho más que crear confusión a los infantes.

Todos ellos, para la tierna infancia solo son un instrumento de tortura para conseguir el camino hacia los nuevos personajes de actualidad como son “Ben Ten”,”Star Wars” La Barbi, etc., centenares de nombres indescifrables para algunas mentes de ciertos mortales de cierta edad, son acumulados en listas imposibles que hacen de los mayores unos aventureros en busca y captura del regalo perfecto. Eso si, bien rubricado por la carta con sello real y bien aconsejado por el bombardeo de la agotadora y tediosa publicidad.

Todo esto sin contar con el “Caganers”la escatologica figura más característica de los belenes de Cataluña. Presenta muy variadas tipologías: guardias civiles, reyes magos, papa Noel, monjas, pastores, jugadores del Barca o el Español, brujas, negros, legionarios romanos o bomberos, todos ellos realizando la misma acción defecadora., Los Caganers aparecen ya en los pesebres catalanes a finales del siglo XVII, aunque no se hicieron populares hasta el XIX. ¿Su significado? Muy sencillo: con su abono enriquecen la tierra y proporcionan prosperidad para el año siguiente. Además, dicen mucho del sentido del humor escatológico que tienen los catalanes. Se podría decir que, después de Sant Jordi, el caganer es la figura más emblemática de la mitología popular catalana. Y si a alguien le parece irreverente, que recuerde por ejemplo a Manneken Pis, el famoso niño meón que lleva siglos haciendo de fuente en una plaza de Bruselas. Por otro lado, no hay que olvidar otra entrañable costumbre navideña en Cataluña: el "Caga Tío". Se trata de un tronco de árbol que simboliza la naturaleza dormida durante el invierno, pero que al ser golpeado con una vara o bastón defeca para abonar de nuevo la tierra y reiniciar el ciclo vital de la Naturaleza

Luego esta el despropósito de la otra realidad, cuando toca decidir el lugar donde debes de pasar la cena de noche buena,

La locura de ciertos hijos que tienen que decidir donde pasan la cena de noche buena puede llegar a ser traumática, la ecuación puede tener resultados catastróficos en el teórico amor navideño-familiar, la madre recién divorciada con su nuevo amigo, el padre con la rubia de botellazo presionando si el amor que no va a recibir esa noche va a ser enviado sin miramiento a es antigua pérfida mujer en la que se ha convertido tu madre, la abuela subida de años, con la cáustica demencia que le da derecho a no frenar su bifida lengua, la familia del novio o la novia que reclama su asistencia, , el ex de la madre , la ex del padre, que presión, que agobio.

Antes recibíamos de puño y letra las felicitaciones navideñas, y con cariño las depositábamos en lugares escogidos en nuestra casa y en nuestro corazón

Hoy por el contrario, recibimos de una manera indiscriminada "Power Points" de una forma tan salvaje que hacen que "pete" hasta el ordenador, casi todos ellos creados por un desconocido para gente desconocida, y esos opacos seres nos los apropiamos con ansia, como si no seria posible crear algo tan sencillo y tan honesto como formalizar una simple felicitación de nuestro puño y letra. El árbol, el mas grande, el nacimiento, el mas impresionante, las luces las mas luminosas, y el corazón…ese, es el mas llenos de engaños emocionales y fraudes estructurados por las imágenes navideñas, de las cuales tiene una gran culpa la televisión, en ella el poder del mando a distancia es efectivo a través de nuestras manos para cambiar de canal si las imágenes de alguna catástrofe en alguna parte del mundo nos empaña la bonita y maravillosa estampa navideña.

Antes la noche de navidad era casi imposible ver gente fuera de sus casas, hoy en día después de pasar la tortura de la cena, o de cenar en fastuosos restaurantes con cenas pantagruélicas, o por el efecto de la crisis cenar en los "Wooks" un buffet libre a destajo, hasta reventar, los locales abren sus puerta desprestigiando la unidad familiar y perdiendo el origen de la onomástica en perjuicio de la familia y su componente de unión indivisible.

Puede parece que esta argumentación no haga mas que acrecentar el mal momento por el que pasan estas fiestas tan de carácter religioso-familiar, pero la verdad es que nada de eso es así,

A pesar de todo esto, siguen gustando estas fechas, porque teniendo esperanza, la fe en las personas que queremos, siempre habrá una sonrisa franca, una mirada tierna y alguien que pueda tender una mano a los que realmente sienten el espíritu de la navidad.

Tenemos que volver a la esencia, al origen,

Las navidades no cambian, cambiamos nosotros, y si con el paso del tiempo conseguimos mantenernos con la ilusión del porque de estas fiestas, seguiremos siendo felices en Navidad.




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