martes, 15 de marzo de 2011









Creo que tengo la vida a la inversa, es como si mi mundo funcionase al revés, -Le dice el interlocutor a su compañera de hieráticos secretos en una conversación- Por la mañana me levanto con la mente llena de ideas revolucionarias, ideas tan poderosas que serian capaz ellas por si solas de auto convencer al mas escéptico de los descreídos.

Pero según van pasando las horas la fuerza que me acompaña se diluye tenue, sutil, pero de una manera constante, hasta que llega la noche y las situaciones se invierten, la fuerza del escepticismo se apodera de mi mente y caigo en una escisión de mi teología literaria. Quizás debería escribir por la mañana, dormir por la tarde y trabajar de noche, ¿Tu crees que esto seria una solución?

-A mi me gustaría poder entrar en tu mente y leer lo que proponen tus mañanas, para después ver la disolución de tus tardes, pero como eso es una especie de misión de momento imposible, por el momento lo único que hago es aprovechar las noches y introducirme en tu cuerpo y así extraer algo de ti.

-Vaya…haber si va a ser ese el problema…

-Puede…pero besame mientras lo analizamos.







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