sábado, 14 de julio de 2012

CITA A CIEGAS





CITAS A CIEGAS



-Mi madre me obligo a abortar.
 -Nunca pensé que una frase tan directa pudiera ser el principio de una conversación.
La verdad es que si con esa entrada quería conseguir toda mi atención, realmente lo consiguió. Aunque si la entrada fue directa el resto de la confesión fue concisa y contundente.
-Yo era muy joven, y cometí un error que me ha pesado toda mi vida, la crueldad de mi madre contrastaba con el entendimiento de la situación por parte de mi padre, pero en ese tiempo como en el actual el peso del poder mi  madre es impresionante.
Todavía siento el sudor frío que algunas noches recorre mi espalda cuando recuerdo la consulta blanca e impoluta de aquel medico de mirada indiferente cuando me tumbo en aquella camilla, es una imagen que es como un estado latente que en ocasiones asoma su amargor para recordarme mis lados oscuros.
Cuando me recupere de ese trauma una de mis promesas fue que nunca volvería a mentir y que siempre tomaría mis propias decisiones, por eso hoy te cuento estas cosas de mi, necesito que conozcas mis lados oscuros para que tengas la conciencia de saber lo que soy, como soy y lo que pretendo ser… contigo.
-La verdad es que con tanta repentina sinceridad no sabia si estaba asistiendo a una serie de telenovela versión española al estilo de”Tiempo revueltos”, o era una doctrina que servia como edulcorante y conservante de regulación emocional.
Ella siguió hablando como si ese monologo fuese una especie de discurso preparado, uno nunca sabe si esa forma de  sinceridad es un sistema incoherente de mantener una conversación con una dosis de atención extra.
Tanta sinceridad sin sentido empezó a agobiarme, y mientras ella hablaba apresuradamente yo empecé a pensar que tenía que dejar de salir con mujeres con perfil cambiado en las redes sociales.
Ella acentuaba en su conversación que era una mujer sincera  y que esa era su forma de vida, aunque la realidad a mi me decía lo contrario.
En su perfil tenia una foto de ella, pero claro, esa foto debería de ser de hace unos años, porque en ella pesaba 20 kilos menos y unos 60 meses de diferencia marca su edad.
Por lo tanto algo en ella no encajaba, predicaba sinceridad pero las fotos de su perfil no encajaban con esa actual realidad.
En ese momento yo también decidí que tenía que ser sincero y no había quedado allí con una desconocida de una página de contactos  para tener un ataque de sinceridad, y en ese momento pedí la cuenta al camarero, pague y salí de allí como alma que lleva el diablo.




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