METADONA
Recuerdo aquella tarde con absoluta claridad,me desperté de una larga siesta ,necesaria por otra parte para poder recuperarme de los excesos de la noche pasada.
Entre sueños oía una conversación entre susurros, el silencio de la tarde acrecentaba todo tipo de sonidos, a pesar de estar en habitaciones separadas, agudizando el oído casi podía escuchar con claridad la conversación.
Allí estaba Maria en plena conversación con un interlocutor desconocido para mi, por la forma de hablar parecía que era una amiga, una de esas amigas que valen mas por lo que callan que por lo que cuentan.
En la ardorosa conversación ella expuso una secuencia que me dejo perplejo.
Decia que no había sido capaz de olvidar a David.
En ese instante pensé que quien era ese David, nunca me había hablado de el, nunca en sus múltiples conversaciones conmigo salio ese nombre de su boca.
Por un instante me dejo confuso el comentario, pero eso no hizo mas acrecentar mi estado de alerta y como dicen los americanos pase a “Defcon 2”.
En su intima conversación con su posible amiga e interlocutora, las expresiones empezaron a tomar un acentuado significado.
Decía que lo quería con ansia , con hambre y con una desesperación casi incontrolable, y que trataba por todos los medios de mantenerse lejos de el como un drogadicto de su adicción.
En ese momento me di cuenta de que no me molesto en exceso la mentira, lo que realmente afecto a mi ser fue el agravio comparativo, yo quería que hablasen de mi entre susurros, que me quisiesen con ansia, con hambre y casi con desesperación.
Esa fue mi ultima siesta con Maria, a partir de ese día hablarían de mi entre susurros en oídos de otros, en aquel instante deje de ser la metadona de una adicción equivocada.
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