domingo, 2 de diciembre de 2012

SER O NO SER






Anthony era un escritor famoso que se había quedado sin ideas, en su ultimo libro había volcado tanta energía que ahora se encontraba en un momento de absoluta sequía, ya había sentido en tiempos pasados momentos de desertización de ideas pero nunca como esta vez.
Había viajado,  había recorrido miles de millas con la esperanza de que una historia le sedujese lo mas mínimo como para escribirla. La desesperación empezó a aliarse en su contra  y su estado emocional cada vez  se acercaba  más al abismo, ese en el que todos los escritores tienen miedo a caer en algún momento de su vida profesional y por simetría en su vida personal.
El día anterior había pedido una cita en la iglesia donde fue bautizado, tenia que recoger una fe de bautismo para un tema de burocracia civil y le habían citado a las 8,45 de la mañana, una hora extraña par un tema de funcionariado pensó en el momento de que le diesen esa cita, pero estaba acostumbrado a madrugar y esa hora le pareció bien teniendo encuenta que ahora vivía a casi dos horas de la iglesia donde nació.
Con una puntualidad impensable un espigado señor estaba esperando su llegada a la puerta de secretaria La entrada estaba en el lado opuesto de la puerta principal de la iglesia, con absoluta cortesía le hizo pasar a un lugar donde se amontonaban los libros  los cuales estaban en una exquisita disposición, con una rápida ojeada se dio cuenta que estaban ordenados por meses y por años, el secretario y encargado del archivo le ofreció amablemente una silla al tiempo que le preguntaba con absoluta cortesía la fecha de su nacimiento para rebuscar en el tomo adecuado la documentación que le había pedido por teléfono.
17 de abril de 1963 le respondió Anthony. Con absoluta destreza aumentada por el perfecto orden del archivo, el dispuesto secretario encontró el  libro en un instante, este era de grandes proporciones y con cierta celeridad se fue al apartado donde estaban marcados los nacimientos de ese mes.
Después de ojear varias hojas con la destreza que da el oficio avalado por dos docenas de años de profesión, el nerviosismo parece que empezó a asomar en la facciones del espigado secretario, este  alzo su mirada y con una voz entrecortada dijo: Creo que tiene que haber algún error, usted no aparece en los registros de ese dato que usted me facilita. Anthony con cierta sorpresa comento que eso no podía ser, que tenia que haber un error, el fue bautizado en esa iglesia y recordaba desde su mas tierna infancia las clase de catecismo,  las visitas con sus padres a la iglesia todos los domingos, e incluso recordaba a  Don Claudio, el párroco que su madre cuando daba la misa le recordaba siempre que ese fue el cura que le había bautizado.
Es su afán por hacer bien su trabajo invito a que entre ambos revisasen el libro para ver si se le había pasado el dato deseado.
Después de dos horas revisando meses anteriores y posteriores a esa fecha, incluyendo en el año anterior y posterior a su nacimiento  las pesquisas fueron infructuosas.
Una extraña sensación invadió la vida de Anthony cuando el secretario pronuncio esa frase con apariencia de maldición;-Tengo que decir señor que usted no esta en estos archivos. Usted es un hombre que no existe.
Como un resorte mental el oficio de escritor hizo su trabajo y se dio cuenta de que después de tantos mundos recorridos, el suyo propio le brindaba la oportunidad de recorrer un camino que ansiaba desde hacia tiempo, eso ayudo a no desesperanzarse en la circunstancia del problema que se le presentaba en su propia existencia.
Tenía un relato que contar, y lo más recalcitrante del caso era que su propia historia tenía visos de ser la biografía de un hombre que nunca existió. El era su propia y desconocida historia.





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