sábado, 12 de febrero de 2011




Soy como un hombre que se esconde entre las sombras de sus letras, tan acostumbrado estaba en ese dogma, que ya convertido en sombra solo me quedaba el recurso de asomarme al filo de un poema para explicar las diferentes formas que tienes de acariciar cuando estas convertido en la penumbra de una sombra.

Tantas noches perdidas en vano, tantas búsquedas inútiles para darme cuenta de que mi sombra es más pulcra, más hábil, y más dulce que el origen de la misma.

Cuanta más claridad, cuanta más luz rodea al actor principal, la sombra se hace más fuerte, es entonces cuando me gustaría convertirme en la sombra chinesca de mi mismo, y adoptar mil y una formas diferentes para despistar a la fuerza del actor principal.

Mis penumbras son como una ironía de mi mismo.




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