lunes, 27 de septiembre de 2010

En una esquina de la tienda escucho un comentario de una adolescente cruel,

“Todos los poetas están muertos dice con total seguridad,” sus palabras hacen eco en mis sentidos, y rápidamente busco un espejo, y me fijo lentamente en el, vaya parece que tengo mala cara me digo, pero…recuerdo haberle escuchado “Poetas”, Buff que susto, esa frase no hacia referencia a mi, el poeta que hubo en mi ya hace tiempo que falleció, y por lo tanto esa exclamación no iba conmigo.

Me alegre de haber muerto mucho antes, el fallecimiento de uno siempre es doloroso y mas cuando eres conciente de ello, la despedida puede ser lenta y dolorosa o rápidamente agónica, la mía no fue ni lo uno ni lo otro, simplemente paso, y no sentí nada, fue como un corto adiós, indoloro, incoloro y trasparente, vamos que el agua de mis húmedos ojos no tenia ese sabor salado de las lagrimas del adiós.

En ese momento de tranquilidad emocional por saber que la frase no iba conmigo, oigo una voz que dice mi nombre acompañado de un…

-Hola

-¿Quien es?, pregunto haciendo un giro de trescientos sesenta grados

-Estoy delante de ti, me responde

Totalmente sorprendido, me fijo que frente a mi solo hay un vestido embutido en un maniquí, de una manera extraña empiezo a conversar con total naturalidad.

-La verdad es que me gustas

-Lo se, por eso te he llamado

-Y como sabias mi nombre

-Bueno yo lo se casi todo de ti

-Vaya, parece que habla mi conciencia

-Nada que ver con eso, solo soy uno de tus deseos

-Bueno esto parece ponerse emocionante, pero me tienes que ayudar a entenderlo.

-Es muy fácil, si tu alma de poeta muerto hubiera algo que le hiciese volver a la vida, que harías para agradecérselo

-Bueno visto así, no se…quizás –Tú- serias mi mejor regalo

-Ves, por eso te conozco tanto, tómame y obséquiame a quien se lo merezca

-Perdona pero esta historia no es creíble

-¿Tu crees?

-Tu inténtalo y veras. Si la poseedora de este bien es una visionaria se dará cuenta que tu alma de poeta nunca murió, solo estuvo dormida a la espera de que alguien la despertase

-No se, esto no parece real y creo que esta conversación es muy extraña, será mejor que siga de compras, aunque por otro lado…no se... esto es muy absurdo.

-Puede parecerlo, pero la vida ha veces es absurda, el amor ni que digamos, al metáfora de tu vida puede ser la esencia de lo absurdo, como parece ser esta conversación conmigo, pero recuerda que yo te conozco demasiado y tu alma de poeta solo esta esperando un ascensor para ser izada al mundo de los vivos

-Bueno, como pareces conocerme tanto, actuemos en consecuencia. Un placer conocerte

-Lo mismo digo, pero nos veremos en breve

-Eso espero.

En mi despedida sigo escuchando la misma frase otra vez, esa de “Todos los poetas están muertos”

Parece que el bucle de mi vida se repite, pero esta vez no busco un espejo, solo saco el móvil de mi bolsillo y decido hacer una foto al vestido de mi conversación, solo como prueba palpable de que no estoy loco cuando a ella le explique el porque de mi regalo, y es que los vestidos… le sientan tan bien.


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