martes, 19 de marzo de 2013

LA CITA



Hay días que me gustaría saber como funcionan las cabezas de otros, aunque tendría que pensar que lo primero seria averiguar como funciona mi cabeza.


Hoy me he encontrado una nota en la puerta de mi casa, en ella alguien desconocido me escribe de su puño y letra las palabras;”Echo de menos hablar contigo”
La evidencia es que tiene que ser alguien que me conoce, la puerta de mi casa no es un supermercado y nadie deja una nota así en las puertas de los desconocidos.
Pienso que también podría ser una nota para el vecino, pero el vecino es un arisco y no creo que tenga ratos continuados de conversación.
Rápidamente empiezo a pensar en el pasado, y quien podría tener un acceso de melancolía para dejar su impronta en una nota tan elocuente.
Sentado en la silla de la cocina intento descifrar los pormenores de esa texto empezando a analizar la letra para ver si me resulta familiar, rebusco en mi memoria formas conocidas y en un instante me doy cuenta que la carta tiene una especie de tenues marcas, algo así como pequeñas gotas de agua en zonas aleatorias del papel, haciendo que algunas letras se hayan emborronado tenuemente, elucubrando lentamente todo lo que estoy viendo, me doy cuenta que las tenues gotas de agua en realidad pueden ser pequeñas lagrimas que acompañaban emocionalmente esas letras.
Mi sorpresa se acentuá y mi mente empieza a preguntarse quien es la dueña de esa concisa y contundente nota.
Largo rato después de intentar averiguar el origen y sin conseguirlo solo se me ocurre lanzar una contraofensiva notarial, y empiezo a escribir de mi puño y letra;

-”Larga a sido tu ausencia, y si mi presencia es requerida, de buen grado me acercaría a la cercanía que se me requiere. Mañana a las ocho en el descansillo de mi escalera “-



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