domingo, 7 de octubre de 2012

LA REALIDAD DE LA INEXISTENCIA





LA REALIDAD DE LA INEXISTENCIA



Felipe era un enfermo mental, siempre vivía entre las ficciones, esa locura le convirtió en un escritor de éxito. Sus lectores decían que tenía una imaginación muy fértil y de límites insospechados, nadie podía imaginar la locura de Felipe. El nunca supo conseguir nada en su vida, en un tiempo pensó que si lo soñaba era suficiente para conseguirlo, y se paso todo el resto de su vida entre las marismas de los sueños y las acantilados de su realidad.
Empezó escribiendo micro relatos para después pasarse a los relatos cortos, estos fluyeron en un tiempo con cierta soltura, hasta que se dio cuenta que los suyo eran las novelas ficcionadas de largo recorrido.
Rondaba la cuarentena, y la vida quimerica de sus relatos era tan lejana a la suya propia, que se anclaba en sus personajes para sentirse unas veces: viajero incansable, aventurero sin escrúpulos, o monje tibetano en un templo Budista..En realidad todos ellos eran él mismo, pero la única manera de ser así, era en sus novelas fantasiosas.
Una tarde le llamaron por teléfono para decirle que había ganado un premio literario en un país del que nunca había oído  hablar, el interlocutor, un hombre sin acento definido trataba de explicarle en un difícil ingles que para acceder al premio literario tenia que ir al país en un plazo de diez días, y que si estaba de acuerdo le mandaría un billete de avión y los recursos necesarios para llegar al país en cuestión.
Era evidente que no todos los días alguien recibía una llamada para recibir un premio de ese calado, y sin saber como, sorprendentemente ni si quiera lo pensó cuando de sus labios salio un -Si-. Como respuesta rápida a esa rápida invitación.
De profesión Vecina, esa era la mujer que hizo sonar el timbre de Felipe a primera hora de la mañana, ella tenia una profesión dura, no en vano llevaba mas de cuarenta años dedica en cuerpo y alma su profesión,
Siempre que viajaba dejaba todas sus pertenencias a cuidado de su encantadora vecina, ella se encargaba de recoger las cartas del buzón, de dar de comer a los peces de su  acuario y de regar  las innumerables plantas que se repartían en su amplia terraza.
.Ella siempre le estuvo agradecida por todo lo que hizo Felipe cuando murió su marido en un fatal accidente de montaña, y cuando le dedico ante los medios una de sus novelas donde  su difunto marido se recreaba como personaje principal de ese obra literaria, en base a eso, construyeron una indomable amistad sin fisuras, que les hacia cuidarse el uno al otro sin ningún articulo edulcorante.

La llegada al aeropuerto del destino de ese país no tuvo ningún tipo de glamour ni baño de multitudes, solo dos señores uniformados con un atuendo de corte arcaico y militarizado le fueron a recibir a la terminal del aeropuerto. El hotel en el cual le alojaron era de un estilo indefinido, parecía que en ese vestíbulo el tiempo se detuvo hace décadas  y eso acentuado por los pocos cliente que circulaban con un paso acelerado por los anchos pasillos y corredores del acceso a las habitaciones, hacia que un alo me misterio rodease todo el ambiente.
Cuando llamaron a la puerta la aguja del reloj de la pared marca la hora exactamente fijada por la organización del premio en la cual habían quedado en pasar a recogerle.
Todo en ese ambiente parecía perpetuo, era como si el tiempo no tuviese importancia y la única  realidad estaba marca por las necesidades básicas de comer y dormir.
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El salón estaba en la planta primera del mismo hotel donde se alojaba, era un local pequeño con unos techos elevadísimos para el tamaño de la estancia, la sobriedad de las paredes podían llegar a incomodar y las luces difusas daban un cierto aspecto deprimente al lugar escogido para el premio que se iba a presuntamente conceder.
Una ancha y larga mesa con una blanca e impoluta tela adornada con un centro de flores multicolores era la única frontera entre los cinco miembros del otro lado de la mesa y Él.
Cinco hombres y un destino; Parecía el titulo de una película, y el era la único espectador a tal evento, aunque cuando agudizo un poco mas la vista la imaginación se desbordo y pensó mas parecía el tribunal de apelación de un juicio perdido de antemano, si hubiera vivido en otra época hubiera pensado que eran de la propia inquisición, aunque por un momento imaginó que si se hubieran vestido con hábitos los personajes de esa escena, no distarían mucho de aquella imagen que se mostraba frente a su persona.
Con voz grave pausada y resuelta el quinto jinete del Apocalipsis empezó a explicar el motivo de la aparente inquietante reunión.
Los ciudadanos de este país nos acusan de privilegiados. -Empezó a argumentar el presidente central de la mesa. -Como censores que somos tenemos acceso a las obras que luego se prohíben a la población, y la propaganda de este gobierno de que todos somos iguales, hace mella en las mentes de los camaradas sintiéndose discriminados por no tener acceso a lo que nosotros leemos.
Esto se podría solucionar si alguien tan reconocido como usted hablase a la población en nuestro nombre, y así, la censura estaría a nuestro alcance y seguiríamos siendo un gran país.
Usted solo escribe novelas de ficción y tiene que hacer ver que las ideas fuera de las fronteras de este país son solo ficciconadas, pretéritas y antiguas  y que la realidad en la que vivimos es la que recomienda para que sigamos viviendo en la simple pluralidad de este gran país.
Por lamente de Felipe pasaron rápidamente las esencias de “Los perros de Pavlov” que siendo metódicamente trabajados hacían de un habito costumbrista una realidad que distaba mucho de ser racional y rápidamente argumento su exposición.
Verán: Yo en realidad no entiendo de política, yo solo soy un escritos en busca de un premio que según ustedes había ganado en un certamen de este país.
Y tenga  en cuenta usted que la censura tiene que seguir siendo nacional y al alcance de todos, es la única manera de que  este sea un gran país.
Yo por el contrario solo soy un ser imaginario, en realidad soy un imaginador  e imagino mundos que no se asemejan nada con la realidad, vengo de una estirpe de gente con imaginación, en realidad soy un producto de la imaginación de mi padre y la realidad de mi madre soltera, y por eso soy un ser que no existo, vivo de la vida de otros En realidad yo no soy un artista, los artistas son los personajes de mi imaginación y cuando recibo un premio que no existe como este que me están dando, solo se lo dedico a ellos, que son los que me crean y me manejan a su antojo, algo que ustedes no pueden hacer conmigo  porque yo soy un tipo que no existe.





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