Hoy llueve en mi ciudad, la tarde llama presurosa a mi
puerta y la lluvia incesante no deja de caer. Acabo de despertarme, vengo de un
lugar donde la vida tenia sentido, acabo de descender del anden del país de los
sueños y me encuentro con una lluviosa tarde de otoño, el viento me susurra y me
siento en un rincón oscuro de la habitación para escucharlo, guardo silencio, dejo
que el me hable; me habla de la senda de tus pasos, del rumor de tus palabras, esto
puede parecer una obsesión pero es mas bien la sabiduría de un anciano, hace
tanto que te fuiste que envejezco por momentos.
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