El ASIENTO DE ATRAS
Camino de Madrid viajan en un vehículo un escritor y un pintor en busca de aventuras programadas, en el asiento de atrás una mujer musa de ambos, con mas talento que la suma de los dos artistas, recibe la mano a modo de cortesía del literato, mientras escucha la unilateral forma de seducción del escritor con acento del sur y aires de gran vividor;
”Soy un guerrero con mil derrotas en el amor y una victoria por conquistar”
Ella sonríe sabiéndose tentadora y con astucia decide darle celos;
”Me ha pedido el Vasco que sea su musa a tiempo completo”
“Bah” ese es un heterodoxo clasista; -responde el vividor molesto.
Ella ríe, él se enfurruña y hace como que mira el cambiante paisaje.
El pintor, un profesor casado con una profesora de piano conduciendo el vehículo, a través del retrovisor esboza una sonrisa de complicidad con la mujer del asiento de atrás, y rompe la tensión con una frase de circunstancias,”Ya falta poco para Madrid”
Ella, mientras tanto, cortésmente retira la mano del escritor erudito con suavidad.
Laica y juguetona responde;
¡Ó mucho ¡ depende como se mire, y una carcajada suena al unísono de los pasajeros de los asientos delanteros, mientras la chica a modo de princesa sentada en el sillón del asiento de atrás del castillo con forma de vehículo, sonríe con astucia.
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